Movilidad eléctrica en zonas rurales o turísticas

Ariadna Arias - AGOSTO 8, 2025 - Movilidad sostenible

Movilidad eléctrica en zonas rurales o turísticas

Los datos hablan claro: en España, las zonas rurales están quedándose desenchufadas del boom eléctrico. A pesar del crecimiento de los puntos de recarga en España, más del 80 % siguen concentrados en ciudades, y solo el 14 % del total está en el medio rural. Si vives o quieres pasar tus vacaciones en un pueblo o paraje natural, cargar tu coche eléctrico puede convertirse en una auténtica odisea.

Pero los retos del coche en un pueblo no se limitan a residentes; también frena el turismo sostenible. Las zonas de interés turístico acaparan casi la mitad de la infraestructura, pero los espacios naturales protegidos (que ocupan un tercio de la península) tienen muy poca cobertura, menos del 8 % de los cargadores. Es la gran paradoja: los lugares que más lo necesitan están apoyados por muy poca infraestructura. El reto pendiente: llevar energía y autonomía a esos rincones especiales, sin depender de largos desplazamientos para enchufar el vehículo.

Veamos cómo se está desarrollando la movilidad eléctrica en zonas rurales o turísticas.

Retos de la movilidad eléctrica fuera de la ciudad

El mayor reto de la movilidad eléctrica fuera de la ciudad es la falta de cargadores eléctricos, es decir, de infraestructura. En el campo, la radiografía es clara: en zonas rurales hay un punto de carga por cada 349 km², mientras que en entornos urbanos hay uno cada 4 km² . Cuando están en un pueblo, los conductores gastan kilómetros de viaje para encontrar una estación, lo que provoca la temida “ansiedad de autonomía”, el miedo a quedarte sin batería sin saber dónde recargar.

Además, aunque el Gobierno afirma que el 99 % del territorio está a menos de 50 km de un cargador, solo cuatro comunidades (Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y Andalucía) concentran el 60 % de los puntos de recarga, dejando provincias como Extremadura o zonas montañosas muy desatendidas. Mucha infraestructura ni siquiera funciona: entre el 20 % y el 25 % de los cargadores públicos están fuera de servicio.

Otro reto es el tipo de recarga que ofrecen esos cargadores. La carga rápida (más de 150 kW) es prácticamente inexistente en el campo: solo el 7 % de los puntos de alta potencia están en entornos rurales, a pesar de que estos territorios cubren el 80 % de la superficie nacional.

Y aún hay más trabas: la instalación de estaciones, sobre todo las ultrarrápidas, requiere permisos que tardan en tramitarse y a veces puede tardar hasta dos años en conectarse a la red.

¿Qué se está haciendo para que la movilidad eléctrica llegue al campo?

La buena noticia es que el problema ya tiene solución, y aunque no es fácil, hay muchas ideas que están empezando a funcionar para que puedas moverte con un coche eléctrico también fuera de la ciudad.

Cargadores portátiles; cuando no hay poste, lo llevas tú

Uno de los inventos más prácticos para los pueblos y zonas alejadas son los cargadores móviles. Son como maletines o pequeñas estaciones que se pueden llevar en el maletero y que permiten cargar el coche desde un enchufe normal. También hay modelos más potentes, montados en furgonetas, que pueden ofrecer servicio bajo demanda. En estos servicios, llamas y te traen la carga, como si fuera una grúa con electricidad.

Energía solar para cargar en mitad del campo

En algunas zonas donde no llega la red eléctrica o sería muy caro instalar una, ya se están colocando puntos de recarga con placas solares. Se usan sobre todo en parkings rurales o espacios naturales, donde se quiere evitar cables, obras o consumo de red. Algunos incluyen baterías, para almacenar la energía y que se pueda cargar incluso de noche.

Carga compartida que se paga entre todos

En los pueblos pequeños ya existen cooperativas de vecinos que instalan un punto entre todos, o ayuntamientos que alquilan coches eléctricos compartidos para que cualquiera pueda usarlos. Así, los gastos se comparten y no hay que hacer una inversión exagerada.

Ayudas públicas y planes del Gobierno

El Estado también está impulsando este cambio. A través del Plan MOVES, se dan ayudas para poner puntos de carga tanto en casas como en empresas, con prioridad para las zonas rurales. Además, se están identificando las áreas con más necesidad (como algunas partes de Castilla-La Mancha, León o Extremadura) para instalar más cargadores.

Carsharing eléctrico en pueblos

Algunas marcas de coches han puesto en marcha servicios de coche eléctrico compartido en pueblos pequeños, como ocurre en Aracena (Huelva) de la mano de Hyundai. Así, los vecinos pueden usar un coche eléctrico solo cuando lo necesiten, sin tener que comprar uno. Además, el coche tiene ya su propio punto de carga en el municipio.

¿Cómo cargar un coche eléctrico en una segunda residencia?

¿Qué pasa cuando te vas el fin de semana a tu casa del pueblo? ¿O cuando pasas el verano en una segunda residencia donde no hay ni un cargador cerca?

Si tienes una segunda residencia y quieres cargar tu coche sin problemas, la solución es instalar un cargador allí también. O, si prefieres una solución más sencilla, puedes optar por cargadores que se conectan a un enchufe normal. No son tan rápidos, pero pueden sacarte de un apuro si usas el coche de forma puntual o si solo pasas unos días.

Eso sí, antes de instalar nada, conviene revisar si la instalación eléctrica de la vivienda puede soportarlo. Lo mejor es pedir asesoramiento a un electricista o a empresas especializadas que ya hacen este tipo de instalaciones a menudo. En Emotion, por ejemplo, hacemos este tipo de instalaciones.

Impulso al turismo sostenible, una oportunidad para el rural

Si las zonas rurales están desconectadas del boom eléctrico, ya no digamos el turismo rural. Y, sin embargo, los alojamientos que ofrecen puntos de recarga empiezan a destacar sobre los que no lo hacen. Una simple toma de corriente preparada para coches eléctricos puede marcar la diferencia a la hora de reservar. Ya hay casas rurales, hoteles pequeños y campings que lo han entendido: si el viajero puede cargar mientras duerme, repite.

Y es que la movilidad eléctrica encaja perfectamente con el turismo sostenible: coches silenciosos, sin emisiones, que permiten disfrutar de la naturaleza sin dejar huella. Y si encima se cargan con energía solar, el círculo se cierra.

En algunos casos, incluso, los alojamientos van un paso más allá y ofrecen rutas diseñadas para coches eléctricos, escapadas pensadas para recorrer la zona con tranquilidad, o incluso descuentos si llegas en un vehículo eléctrico. En Navarra, por ejemplo, se ha impulsado un mapa con rutas entre bodegas y pueblos con carga disponible. En Galicia, algunas casas rurales ofrecen recarga gratuita con energía renovable como reclamo.

Al final, todo suma: ayudar al viajero eléctrico es cuidar el medio ambiente, mejorar la imagen del destino y atraer a un nuevo perfil de turista más comprometido.

Lo que está claro es que hay una desigualdad entre campo y ciudad, tanto en lo rural como en lo turístico, que poco a poco hay que ir solventando.

¿Quieres instalar un punto de recarga en tu garaje?