Nuevas ayudas para impulsar la fabricación de coches eléctricos en España
Ariadna Arias - OCTUBRE 20, 2025 - Coches eléctricos

España inyecta 400 millones más para fabricar coches eléctricos en España: claves del PERTE VEC IV. El Gobierno lanza la cuarta convocatoria del proyecto PERTE VEC para impulsar el desarrollo de la industria de vehículos eléctricos en España.
El futuro de la automoción ya no se mueve con gasolina, sino con electricidad. Y España no quiere quedarse atrás en esta carrera global. Por eso, el Gobierno acaba de liberar 400 millones de euros adicionales dentro del PERTE VEC IV, un programa pensado para impulsar la fabricación de vehículos eléctricos y conectados en nuestro país.
Se trata de una ayuda dirigida a empresas (no a consumidores) que quieran invertir en la transición hacia la movilidad eléctrica. Las empresas que podrán beneficiarse van desde fabricantes de coches hasta compañías que produzcan baterías, cargadores, software o componentes eléctricos. En definitiva, una apuesta por crear un ecosistema industrial sólido que permita que España fabricar, y no solo comprar, vehículos eléctricos.
¿Qué es el PERTE VEC y por qué es tan importante para la fabricación de coches eléctricos en España España?
Aunque su nombre suene a jerga burocrática, el PERTE VEC (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado) es, en realidad, la piedra angular de la política industrial española hacia la movilidad eléctrica.
Fue aprobado en julio de 2021 para convertir a España en un país líder en fabricación de coches eléctricos, un sector que hasta hace pocos años parecía reservado a potencias como Alemania, China o Estados Unidos. Para lograrlo, el programa combina fondos públicos y privados, y su impacto potencial supera los 24.000 millones de euros, de los cuales más de 4.000 provienen directamente del Estado.
¿En qué se traduce esto? En ayudas a empresas que desarrollen o fabriquen cualquier elemento relacionado con el coche eléctrico: motores eléctricos, celdas de batería, sistemas de gestión energética, tecnología para carga rápida o software de conectividad. No es un plan para subvencionar la compra de coches (como lo es el Plan MOVES III), es un plan para reforzar la industria que los hace posibles.
En palabras del Ministerio de Industria, el objetivo del PERTE VEC es “crear un ecosistema español favorable para el desarrollo y fabricación del vehículo eléctrico”, incluyendo también la innovación, investigación y desarrollo tecnológico. España quiere ser un país que diseñe, pruebe y fabrique, no solo que ensamble piezas traídas de otros lugares.
Y lo cierto es que el programa ya está mostrando resultados. Desde su primera edición, el PERTE VEC ha permitido financiar proyectos de gran calado, como la gigafactoría de baterías de Volkswagen en Sagunto o la planta de ensamblaje de Stellantis en Vigo, que están adaptando sus líneas a la producción eléctrica.
Ahora, con esta cuarta convocatoria, el foco está en consolidar ese impulso y atraer nuevas inversiones que consoliden la cadena de valor del coche eléctrico en España.
Qué cambia con la nueva convocatoria del PERTE VEC IV
La cuarta edición del PERTE VEC llega con más ambición y, sobre todo, con más dinero sobre la mesa. El Gobierno ha liberado 400 millones de euros adicionales, dentro de un presupuesto total de 1.250 millones, para seguir impulsando la industria española del vehículo eléctrico.
Pero, ¿qué significa esto exactamente? En palabras simples: nueva oportunidad para las empresas. La convocatoria se abrió el 14 de octubre de 2025 y estará activa hasta el 24 de octubre, un plazo corto pero suficiente para que las compañías con proyectos sólidos presenten sus propuestas. A diferencia de los planes de ayudas al consumidor, como el MOVES III, este programa no busca incentivar la compra de coches eléctricos, busca reforzar la base industrial que los fabrica. En otras palabras, está pensado para que el corazón de la movilidad eléctrica se produzca en España.
De esos 400 millones recién activados, 250 millones se entregarán en forma de préstamos blandos, es decir, financiación a bajo interés que las empresas devolverán a largo plazo, y los 150 millones restantes serán subvenciones directas. En conjunto, el objetivo es facilitar que tanto grandes fabricantes como pymes tecnológicas puedan invertir en procesos de electrificación sin poner en riesgo su estabilidad financiera.
¿Quién puede beneficiarse del PERTE VEC IV?
Una de las claves de este nuevo PERTE VEC es su carácter abierto. No está pensado únicamente para los gigantes del motor, sino también para todas aquellas empresas, grandes o pequeñas, que formen parte del ecosistema eléctrico. Cualquier firma con actividad relacionada con el coche eléctrico puede optar a las ayudas, siempre que cumpla una serie de requisitos básicos: tener sede o filial en España, capacidad técnica demostrable y un proyecto viable orientado al desarrollo del vehículo eléctrico o conectado.
Y sí, las empresas chinas también pueden participar. El Ministerio de Industria lo ha dejado claro: si cumplen las condiciones y están legalmente establecidas en territorio español, podrán beneficiarse del PERTE VEC IV. No es casualidad. España lleva meses intentando atraer a grandes fabricantes asiáticos, conscientes de que China es hoy líder mundial en movilidad eléctrica.
De hecho, la compañía Chery (una de las más potentes del país asiático) ya ha recibido una invitación formal para presentar su solicitud. Su interés en establecer una planta de producción en Cataluña es un claro ejemplo del tipo de inversiones que el Gobierno busca consolidar con estas ayudas. La idea no es que las marcas chinas simplemente importen vehículos terminados, sino que fabriquen aquí, generando empleo y tecnología local.
Pero no todo gira en torno a los gigantes extranjeros. También hay espacio para startups y empresas tecnológicas españolas que desarrollan soluciones innovadoras: fabricantes de puntos de recarga inteligentes, compañías de software que optimizan la gestión energética o empresas que investigan nuevos materiales para baterías más eficientes. Todas ellas pueden ser parte del cambio.
¿Por qué estos 400 millones para fabricar coches eléctricos en España llegan en un momento clave?
La razón principal es clara: la cuenta atrás hacia 2035 ya ha comenzado. La Unión Europea ha fijado esa fecha como el punto de no retorno, el año en el que dejarán de venderse coches nuevos con motor de combustión. Ni gasolina, ni diésel. Solo vehículos eléctricos, de hidrógeno o impulsados por tecnologías de emisiones cero.
Eso significa que los países con una industria fuerte, como Alemania, Francia o España, deben acelerar su transformación si quieren seguir siendo competitivos. Y es aquí donde el PERTE VEC IV juega un papel vital.
España es actualmente el segundo mayor fabricante de automóviles de Europa, solo por detrás de Alemania, y uno de los principales exportadores del mundo. Pero la mayoría de su producción sigue siendo de motores de gasolina. Si el país no logra adaptar su tejido industrial a tiempo, miles de empleos y fábricas podrían quedar obsoletos en la próxima década.
Por eso, esta nueva inyección económica llega justo a tiempo para consolidar la transición. El objetivo es que los grandes grupos (como Volkswagen, Stellantis, Renault o Ford), junto a nuevos actores tecnológicos, apuesten por fabricar en España los coches eléctricos que dominarán el mercado en los próximos años.
Además, este impulso llega en un contexto internacional especialmente competitivo. Estados Unidos está desplegando su Inflation Reduction Act, que ofrece fuertes incentivos a las empresas que produzcan vehículos eléctricos y baterías dentro del país. China, por su parte, controla más del 70 % de la producción mundial de baterías, lo que le da una ventaja enorme. Europa no quiere quedarse atrás, y el PERTE VEC es la respuesta española a ese desafío global.
En palabras sencillas: si España no invierte ahora, otros países lo harán antes. Y las fábricas, el talento y la innovación acabarán marchándose a lugares donde la transición eléctrica tenga más apoyo.
En cambio, con medidas como esta, el país puede asegurar su posición en la nueva era del automóvil, manteniendo su peso industrial, atrayendo inversión extranjera y generando empleo de alta cualificación.