La nueva etiqueta Roja de la DGT, guía completa
Ariadna Arias - AGOSTO 15, 2025 - Movilidad sostenible

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha lanzado un nuevo distintivo: la etiqueta roja DGT. A diferencia de las etiquetas tradicionales (B, C, ECO y CERO), que se enfocan en el impacto medioambiental, la etiqueta roja identifica los vehículos autónomos en fase de pruebas por las calles y carreteras de España.
Era cuestión de tiempo que surgiera un sistema que informara tanto a autoridades como a ciudadanos de la presencia de vehículos “sin nadie al volante”. La etiqueta roja de la DGT cumple esa función: hacer visible lo invisible, identificando qué coches están circulando de manera automatizada, dentro de un programa oficial y con autorización.
¿Qué es la etiqueta roja de la DGT y por qué surge ahora?
La etiqueta roja de la DGT sirve para identificar coches, motos o incluso furgonetas que se están probando sin conductor al volante o con asistencia mínima. No es para cualquiera, ya que solo se usa si el vehículo forma parte de pruebas autorizadas, como parte del nuevo plan estatal para avanzar hacia una movilidad más inteligente.
¿Y por qué justo ahora? Porque la tecnología va más rápido que la normativa, y España no quiere quedarse atrás. Cada vez hay más empresas desarrollando este tipo de vehículos, y antes de que se vendan libremente, hay que probarlos en condiciones reales, pero con control. Esta etiqueta es una forma de avisar y una herramienta para supervisar, dar seguridad y evitar confusiones en la carretera. Cuando la veas, ya sabrás: ese coche se está entrenando para el futuro.
Con esta medida, España se posiciona como uno de los países pioneros en la movilidad automatizada, siguiendo estándares como los del nivel SAE (Society of Automotive Engineers) y anticipándose a la futura comercialización de tecnologías autónomas de nivel 3, 4 y 5.
¿Qué vehículos llevan la etiqueta roja de la DGT?
No todos los coches pueden lucir la nueva etiqueta roja Solo aquellos que están autorizados oficialmente para hacer pruebas de conducción autónoma en vías abiertas al tráfico.
¿Y qué tipo de vehículos son esos?
- Coches de turismo, como los que usamos todos los días.
- Furgonetas o vehículos industriales ligeros.
- Motos y ciclomotores.
- Incluso vehículos sin conductor físico, que se manejan desde una sala de control remoto.
Pero lo más importante no es el tipo de vehículo, sino el nivel de autonomía que tiene. Para eso, se usa una escala internacional llamada SAE, que va del nivel 0 (nada de autonomía) al nivel 5 (el coche lo hace todo solo). En España, la etiqueta roja se aplicará solo a los niveles 2, 3, 4 y 5.
Cada vehículo que esté siendo probado con este tipo de tecnología deberá llevar la etiqueta roja visible en el parabrisas delantero, para que tanto las autoridades como el resto de usuarios sepan que está participando en un ensayo controlado.
¿Cómo es la etiqueta roja de la DGT y dónde se coloca?
La famosa etiqueta roja es un círculo rojo con un icono con un coche y una onda que simboliza la conducción autónoma.
Además, lleva también:
- La matrícula del vehículo, para que sea fácilmente rastreable.
- Un código QR, que puede ser escaneado por las autoridades para verificar si el coche tiene una autorización válida para circular en modo autónomo.
- El número de autorización, otorgado por la DGT tras validar el ensayo.
Todo esto impreso sobre un fondo rojo vivo, que destaca mucho más que las etiquetas medioambientales tradicionales.
¿Dónde se pone?
La etiqueta debe ir colocada de forma visible en el parabrisas delantero, normalmente en la parte inferior derecha (visto desde el interior del coche). Si el coche no tiene parabrisas entonces deberá llevar la etiqueta en un lugar claramente visible desde el exterior, como el frontal del vehículo.
Fases de prueba en carretera: cómo se entrenan los coches autónomos
Poner un coche autónomo a circular no es simplemente echarlo a andar y ver qué pasa. Hay todo un proceso por fases, muy bien estructurado, que los vehículos deben seguir antes de poder rodar libremente entre nosotros.
Fase 1
El coche se prueba en zonas cerradas o especialmente controladas, como circuitos privados o calles bloqueadas al público. El objetivo es asegurarse de que los sistemas de conducción autónoma funcionan bien sin poner en riesgo a nadie.
No hay tráfico real, y cualquier error puede ser detectado y corregido.
Fase 2
Una vez superada la primera etapa, el vehículo puede pasar a circular en carreteras o calles reales, pero bajo condiciones muy específicas. Por ejemplo
- Solo puede circular por una ruta concreta.
- A determinadas horas del día.
- Con un conductor de respaldo en todo momento.
En esta fase, la idea es ver cómo se comporta el sistema autónomo en situaciones reales: semáforos, peatones, ciclistas, atascos…
Fase 3
Aquí ya hablamos de vehículos que están muy cerca de estar listos para el mercado. Pueden circular de forma más libre y durante más tiempo sin intervención humana directa. Pero siempre dentro del marco autorizado por la DGT y con la etiqueta roja a la vista.
Esta fase permite evaluar la fiabilidad, estabilidad y comportamiento autónomo en condiciones más exigentes, antes de obtener una homologación definitiva o un permiso para operar comercialmente.
¿Qué va a pasar ahora?
En la propia web de la DGT ya se pueden ver algunos ejemplos concretos de lo que está ocurriendo en nuestras carreteras. Empresas como Alsa y el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) ya están llevando a cabo ensayos de movilidad autónoma en condiciones reales, bajo supervisión y cumpliendo todos los requisitos legales.
Este impulso no es casual: España se ha colocado entre los países pioneros de Europa al crear una normativa específica para ensayos con vehículos sin conductor. Junto a Alemania y Francia, ha sido de los primeros en apostar por una legislación clara y detallada para permitir que estas tecnologías se desarrollen sin poner en riesgo a nadie.
Eso sí, es importante aclarar algo: esta normativa no autoriza aún el uso de coches completamente autónomos de forma comercial. Lo que regula es la fase de pruebas, un paso previo indispensable para que, en el futuro, veamos coches de nivel 4 o 5 circulando libremente.
En el resto del mundo, la situación es parecida… y desigual. En Estados Unidos, por ejemplo, Waymo, una de las empresas líderes en conducción autónoma, ha empezado a probar sus robotaxis en Nueva York, pero con supervisión humana. El estado no permite aún que circulen completamente solos. En otras regiones como California, sí se han visto ya estos coches en funcionamiento, incluso con pasajeros.
Pero si hablamos de liderazgo, China lleva ventaja. El gigante asiático, con su plataforma Apollo Go de Baidu, ha superado los 11 millones de viajes autónomos, mientras que Waymo se queda en torno a los 10 millones.
¿Y España? Aún no gana la carrera, pero está avanzando a buen ritmo y con paso firme. La etiqueta roja de la DGT y el marco regulador del programa ES‑AV son señales claras de que nuestro país quiere estar en la primera línea del futuro de la movilidad. No estamos ante una victoria final, pero sí frente a uno de los pasos más importantes y serios que se han dado hasta ahora en Europa.
Preguntas frecuentes (FAQs) sobre la etiqueta roja de la DGT
¿Qué significa la etiqueta roja de la DGT?
Es un distintivo oficial para identificar vehículos autónomos en fase de pruebas autorizadas en vías públicas españolas.
¿Es obligatoria la etiqueta roja en todos los coches autónomos?
No. Solo deben llevarla aquellos vehículos que estén participando en ensayos autorizados bajo el programa ES‑AV de la DGT.
¿Puede un coche con etiqueta roja circular sin conductor?
Depende del nivel de autonomía y de la fase de prueba en la que se encuentre. Algunos pueden circular sin conductor, pero bajo condiciones muy específicas.
¿La etiqueta roja reemplaza a las etiquetas medioambientales?
No. Es un distintivo adicional y específico para pruebas de conducción autónoma. No tiene relación con emisiones o eficiencia energética.
¿Qué empresas pueden solicitar la etiqueta roja?
Fabricantes, desarrolladores tecnológicos, importadores y operadores de flotas que cuenten con una autorización previa de la DGT.
¿Cuándo veremos coches autónomos sin etiqueta?
Cuando la conducción autónoma esté completamente regulada para su uso comercial, y los vehículos estén homologados como cualquier otro coche.