Coste total de propiedad de un coche eléctrico: ¿precio real?

Ariadna Arias - OCTUBRE 18, 2025 - Coches eléctricos

Coste total de propiedad de un coche eléctrico

¿Sabes cuánto dinero supone realmente tener un coche eléctrico desde el momento de la compra hasta el final de su vida útil? Es lo que llamamos coste total de la propiedad, un coste que no calcula únicamente el precio del vehículo.

A primera vista, los coches eléctricos suelen tener un precio de adquisición más elevado que los de gasolina o diésel. Sin embargo, al analizar en detalle todos los gastos asociados (compra, impuestos, mantenimiento, energía, depreciación e incentivos), la balanza puede inclinarse a su favor. De hecho, varios estudios recientes señalan que, en un horizonte de 5 a 10 años, un eléctrico puede resultar más económico que su equivalente de combustión, y esto es especialmente cierto si se utilizan programas de ayudas públicas como el Plan MOVES III en España.

En este artículo desglosaremos los principales componentes del coste total de propiedad, comparando eléctricos y térmicos, para entender si la movilidad eléctrica es solo una inversión inicial más alta o una opción más rentable a medio y largo plazo.

¿Qué es el coste total de la propiedad?

El coste total de propiedad (TCO, por sus siglas en inglés) es la suma de todos los gastos asociados a un vehículo desde el momento de su adquisición hasta su baja definitiva. No se limita al precio de compra: incluye los gastos de adquisición y de funcionamiento.

Costes de adquisición de un vehículo eléctrico

Los costes de adquisición son: impuestos, gastos administrativos, costes de uso y posibles incentivos que reduzcan el desembolso final.

  • Coste de adquisición: comprende el precio base del vehículo junto con extras como versiones superiores, equipamiento adicional, color especial o servicios asociados. En el caso de los coches eléctricos, es habitual que este importe sea más alto que en un modelo equivalente de combustión, aunque parte de esta diferencia puede compensarse con ayudas públicas.
  • Impuestos. Mientras que los coches de gasolina o diésel deben abonar el impuesto de matriculación, los eléctricos están exentos de este tributo, lo que supone un ahorro importante. El IVA ya se incluye en el precio final, por lo que no genera diferencias relevantes entre tecnologías.
  • Un coste específico de los eléctricos es la instalación del punto de carga doméstico. En muchos casos, el comprador debe asumir la instalación de un Wallbox, que puede rondar los 2.000–2.500 euros. Sin embargo, algunos fabricantes incluyen este servicio de forma gratuita en la compra del vehículo.
  • Gastos administrativos: como las tasas de matriculación (de nuevo, exentas en el caso de los eléctricos) o de cambio de titular si se trata de una compra de segunda mano. Pueden sumarse otros gastos adicionales como la adaptación del vehículo para personas con movilidad reducida o servicios de traslado.
  • Cálculo los beneficios e incentivos disponibles. En España, el Plan MOVES III ofrece hasta 7.000 euros de ayuda si se compra un eléctrico y se entrega un coche de combustión para el achatarramiento, lo que reduce considerablemente el precio final. A esto se suman promociones de fabricantes o descuentos por financiación.

Coste de funcionamiento

El coste de funcionamiento incluye todos los gastos asociados al uso cotidiano de un vehículo desde el momento en que se adquiere hasta que se da de baja. A diferencia del precio de compra, son costes recurrentes y variables que dependen del kilometraje, las condiciones de uso y el tiempo de propiedad. Dentro del coste total de propiedad, este apartado es crucial para comparar la rentabilidad real entre un coche eléctrico y uno de combustión.

  • Consumo de energía: la electricidad resulta entre 3 y 5 veces más barata que la gasolina o el diésel, y los coches eléctricos son más eficientes energéticamente. A medio plazo, los conductores obtienen un ahorro bastante grande en comparación con los vehículos de gasolina.
  • Seguros: la prima del seguro puede variar, pero cada vez más aseguradoras ofrecen pólizas específicas para eléctricos, con coberturas adicionales como asistencia en puntos de carga. En general, los costes de seguro se están equilibrando entre eléctricos y térmicos a medida que el mercado madura.
  • Impuestos: los coches eléctricos disfrutan de ventajas fiscales en muchos países. En España, por ejemplo, están exentos del impuesto de matriculación y suelen recibir bonificaciones de hasta el 75 % en el impuesto de circulación.
  • ITV: el coste de las inspecciones técnicas obligatorias es similar para eléctricos y de combustión, aunque los primeros tienden a presentar menos incidencias mecánicas.
  • Aparcamiento y peajes: en numerosas ciudades europeas, los eléctricos pueden aparcar gratis en zonas reguladas y gozar de descuentos en peajes. Además, muchos puntos de recarga públicos ofrecen tarifas reducidas o incluso gratuidad durante los primeros años de implantación.
  • Mantenimiento: los eléctricos requieren menos intervenciones y sus averías son menos frecuentes. Al no tener aceite, embrague ni sistemas de escape, las revisiones son más sencillas y económicas. Según estimaciones de Xataka, el ahorro en mantenimiento puede alcanzar el 50 % respecto a un vehículo de combustión.
coste total de la propiedad
Ahorro de mantenimiento en coche Golf eléctrico, de gasolina y Diesel según Xataka.

Coste total de propiedad: menor a largo plazo en los eléctricos

Ahora que sabemos qué gastos influyen en el coste total de propiedad, hay que calcularlo. Existen distintas fórmulas para calcular el CTP, pero lo esencial es aplicar un mismo criterio a todas las opciones que estamos comparando. Una fórmula simplificada sería:

CTP = (Coste de adquisición + Costes financieros + Costes de funcionamiento) / Vida útil

Cuando aplicamos este cálculo a los vehículos eléctricos, descubrimos que, aunque su precio inicial suele ser más alto que el de un coche de combustión, el análisis completo del coste total de propiedad muestra que a largo plazo pueden ser más económicos. Factores como el menor gasto en energía, las reducciones en mantenimiento y los incentivos fiscales hacen que, en muchos casos, la balanza se incline a favor de la movilidad eléctrica.

Comparativa entre el coste de eléctricos y combustión

El debate sobre la rentabilidad de un coche eléctrico frente a uno de combustión no puede limitarse al precio de compra. Para entender cuál resulta más económico a medio y largo plazo, es necesario analizar el coste total de propiedad (TCO), que incluye adquisición, impuestos, energía, mantenimiento y depreciación.

Coste de adquisición

En general, los coches eléctricos tienen un precio inicial más alto debido al coste de las baterías y tecnologías asociadas. Sin embargo, en muchos países europeos, las ayudas públicas y los incentivos fiscales reducen notablemente esta diferencia. En España, por ejemplo, el Plhttps://emotion.green/blog/plan-moves-3/an MOVES III ofrece hasta 7.000 € de descuento en la compra de un eléctrico. Esto hace que, pese a la inversión inicial superior, el cálculo global pueda equilibrarse con el tiempo. Varios estudios recientes ofrecen una visión clara: aunque el coste inicial de los eléctricos suele ser superior, a medio y largo plazo pueden resultar más competitivos que los vehículos térmicos.

Un informe del Instituto Nickel, basado en datos europeos, concluye que los vehículos eléctricos pequeños y medianos presentan una ventaja financiera frente a los de combustión gracias a factores como los subsidios. Según el estudio, los subsidios pueden abaratar hasta un 20 % del precio de compra de un eléctrico.

Coste de mantenimiento

Uno de los grandes atractivos de los eléctricos es su menor gasto en mantenimiento. La ausencia de elementos como aceite, embrague, correas o sistema de escape se traduce en menos averías y revisiones más sencillas. De hecho, distintos estudios, como el citado de Xataka, estiman que el mantenimiento de un eléctrico puede ser hasta un 50 % más barato que el de un coche de gasolina o diésel equivalente.

Coste de recarga frente a combustible

El consumo es otro de los puntos donde los eléctricos marcan la diferencia. Mientras que un coche eléctrico puede recorrer 100 kilómetros por 1,5–2 euros de electricidad (cargando en casa con tarifa valle), un coche de combustión necesita entre 4 y 6 euros en gasolina o diésel para la misma distancia. El comparador Electra calculó que el mantenimiento de los vehículos eléctricos cuesta entre un 30 % y un 50 % menos que el de los coches de combustión

Depreciación y valor de reventa

La depreciación afecta tanto a eléctricos como a combustión, con pérdidas de entre el 40 % y el 60 % del valor en los primeros cinco años. No obstante, la tendencia en eléctricos está cambiando: la mayor demanda y las garantías de hasta 8 años para las baterías han mejorado su valor residual. Aunque la depreciación aún puede ser más acusada en algunos mercados, las normativas ambientales y la popularización de los eléctricos están consolidando su atractivo en el mercado de segunda mano.

Un ejemplo real

Un estudio del ICCT en Alemania (2023) comparó el TCO en cuatro años para modelos compactos y urbanos. En el segmento mini, el eléctrico Dacia Spring resultó más económico, con un coste de 26.900 €, frente a los 28.000 € del Toyota Aygo X de combustión: una diferencia de 1700 € a favor del eléctrico. En el segmento compacto, el VW ID.3 Pro eléctrico alcanzó un TCO de 42.700 €, frente a los 55.000 € del VW Golf gasolina, marcando una diferencia de casi 8000 euros gracias a ayudas gubernamentales.

coste total de la propiedad

La evidencia muestra que los eléctricos implican una inversión inicial más alta, pero compensan con ahorros en energía, mantenimiento e impuestos, además de beneficiarse de programas de ayudas y un mejor valor de reventa. Esto hace que, a partir de los 5–10 años de uso, el coste total de propiedad de un eléctrico pueda ser inferior al de un coche de combustión equivalente.

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