Qué ver al comprar un coche eléctrico de segunda mano

Ariadna Arias - SEPTIEMBRE 5, 2025 - Coches eléctricos

coche eléctrico de segunda mano

Si vas a comprar un coche eléctrico de segunda mano, tendrás que fijarte en factores que van más allá del color o el precio. La batería, la garantía, el tipo de cargador, la etiqueta medioambiental o el uso que le dio el anterior propietario son detalles que pueden marcar la diferencia entre hacer una buena compra o acabar con un coche que no cumple lo que esperabas.

El mercado de ocasión está lleno de oportunidades, pero también de modelos con más desgaste del que aparentan. En un eléctrico, la salud de la batería es tan importante como el motor en un coche de gasolina, y elementos como el historial de cargas rápidas, el kilometraje o las revisiones realizadas pueden influir directamente en su autonomía y fiabilidad.

Veamos qué factores tener en cuenta al comprar un coche eléctrico de segunda mano.

Kilometraje y uso real del coche eléctrico de segunda mano

El número de kilómetros en un coche eléctrico no siempre dice toda la verdad sobre su estado. Hay varios factores que pueden alterar lo que aparenta ser un buen dato. Por ejemplo, un coche con muchos kilómetros pero utilizado principalmente en autopista y cargado a ritmo lento puede estar en mejor forma que otro con menos kilómetros pero rodeado de cargas rápidas frecuentes.

En muchos coches eléctricos la batería pierde entre un 1,8% y un 2,3% de capacidad al año si se usa con normalidad. Tras 10 años, la batería podría aún conservar más del 80% de su capacidad original. En algunos casos se ha visto que incluso con más de 200.000 km recorridos, aún mantienen cerca del 90%. Ahora bien, el tipo de recarga también influye. Las cargas rápidas generan más calor y tensión en la batería, algo que sí puede acelerar su desgaste con el tiempo, especialmente en zonas calurosas. Por eso la carga lenta, como la que se hace en casa durante la noche, es la más amable con la batería y ayuda a que dure más.

Por eso, cuando revises el histórico de un eléctrico de segunda mano, no te quedes solo con la cifra del odómetro. Pregunta cómo lo ha cargado su anterior dueño y dónde, cuántas veces ha sido carga rápida o lenta, y si ha estado en zonas muy calurosas o frías. Ese contexto te dará una idea más real de su estado que solo los kilómetros.

Otro detalle importante: una batería suele degradarse más rápido en los primeros 30.000 km que después. Luego, el desgaste se ralentiza. Un coche con muchos kilómetros ya pasados esos primeros tramos puede estar en forma más estable de lo que parece. También hay coches con sistemas de refrigeración líquida en la batería (como ciertos modelos premium) que aguantan mejor el paso del tiempo frente a otros sin ese sistema de control térmico.

Estado y capacidad de la batería del coche eléctrico de segunda mano

En un coche eléctrico, la batería es el corazón del vehículo y su estado determina gran parte de la autonomía real que vas a tener. Cuando compras uno de segunda mano, no basta con fiarte de lo que diga el vendedor: hay que comprobar su estado de salud, conocido como SoH (State of Health), que se expresa en porcentaje respecto a la capacidad que tenía cuando era nueva.

La mayoría de fabricantes considera que una batería está en buen estado si conserva al menos el 80 % de su capacidad original. Esto significa que, si un coche nuevo tenía 400 kilómetros de autonomía, con un 80 % podrás recorrer unos 320 kilómetros en las mismas condiciones de conducción. Un SoH más bajo no es necesariamente un problema si el precio es acorde, pero sí debería influir en tu decisión.

Para comprobarlo, muchos modelos permiten consultar el estado de la batería directamente en el sistema de a bordo, aunque algunos solo muestran la autonomía estimada. En esos casos, se puede usar un lector OBD2 con aplicaciones móviles compatibles o acudir a un servicio técnico que disponga de la herramienta oficial del fabricante. Esta revisión también permite detectar celdas defectuosas, problemas de equilibrio interno o un historial de cargas que haya podido acelerar el desgaste.

Antes de cerrar la compra, merece la pena invertir en una prueba profesional de la batería. Es un gasto menor comparado con lo que costaría reemplazarla, ya que el cambio puede superar los 8.000 o 10.000 euros según el modelo.

Garantía vigente

Uno de los puntos más importantes al comprar un coche eléctrico de segunda mano es saber si aún conserva la garantía oficial. En España, cualquier coche de ocasión comprado a un profesional debe tener por ley al menos un año de garantía, pero en los eléctricos existe una ventaja extra: la garantía específica de la batería y el sistema de propulsión, que suele ser mucho más larga.

La mayoría de fabricantes cubre la batería durante 8 años o 160.000 kilómetros, lo que ocurra antes. Vamos, que incluso en un vehículo con 4 o 5 años de uso, puedes tener todavía varios años de cobertura. Esta garantía suele garantizar que la batería no baje de un 70 o 80 % de su capacidad original; si lo hace, el fabricante debe repararla o sustituirla gratis.

Antes de comprar un coche de segunda mano eléctrico, confirma si esa garantía es transferible al nuevo propietario, ya que en la mayoría de casos lo es, pero requiere que el cambio de titularidad se registre en el servicio oficial. También conviene revisar si se han hecho todas las revisiones en talleres autorizados, ya que no cumplir con el plan de mantenimiento oficial podría anular la cobertura.

Cargador y tipo de conector

Comprueba que el coche incluya el cargador original y en buen estado, ya que comprar uno nuevo puede costar varios cientos de euros. También revisa si trae adaptadores para carga en enchufe doméstico y en puntos públicos.

Fíjate en el tipo de conector: la mayoría de eléctricos en España usan Tipo 2 para carga en corriente alterna y CCS para carga rápida. Algunos modelos antiguos llevan CHAdeMO, un estándar menos común y con menos puntos disponibles. Asegúrate de que sea compatible con la red de carga de tu zona para evitar limitaciones.

Etiqueta medioambiental y ventajas asociadas

Un coche eléctrico debe llevar la etiqueta “0 emisiones” de la DGT, que abre la puerta a beneficios como aparcar gratis o con tarifa reducida en zonas reguladas, circular en áreas de bajas emisiones sin restricciones y pagar menos impuestos municipales.

Antes de comprar, confirma que el vehículo tenga la etiqueta y que esté registrada correctamente en Tráfico, para que puedas disfrutar de estas ventajas desde el primer día.

Historial de mantenimiento y revisiones

Aunque un coche eléctrico tiene menos piezas móviles que uno de combustión, no significa que no necesite mantenimiento. Pide siempre el historial de revisiones para comprobar si se han seguido las recomendaciones del fabricante: revisiones del sistema eléctrico, comprobación del software, estado de frenos, neumáticos y suspensión.

Desconfía si el vendedor no puede mostrar facturas o informes de mantenimiento.

Mantenimiento de un coche eléctrico de segunda mano:

Mantenimiento Frecuencia recomendada Qué incluye
Revisión general 1 vez al año o cada 15.000 km Chequeo de sistemas eléctricos, frenos, suspensión y dirección
Actualización de software Según fabricante Instalación de mejoras y parches de seguridad para el sistema del coche
Revisión de batería 1 vez al año Comprobación del estado de salud (SoH) y capacidad de carga
Líquido refrigerante de batería Cada 4-5 años Sustitución o rellenado para mantener la temperatura óptima
Frenos Cada 2 años o 30.000 km Revisión de pastillas y discos (menos desgaste por frenada regenerativa)
Neumáticos Cada 10.000-15.000 km Rotación, equilibrado y comprobación de desgaste
Filtro de habitáculo 1 vez al año Cambio para mejorar la calidad del aire interior
Inspección ITV A partir del 4º año Revisión obligatoria de seguridad y emisiones (cero emisiones)

Prueba de conducción

Antes de cerrar la compra, pide siempre hacer una prueba de conducción. En un coche eléctrico, más que el sonido del motor (que prácticamente no existe), hay que fijarse en la respuesta del acelerador, la suavidad en la entrega de potencia y la ausencia de ruidos extraños en la suspensión o la transmisión.

Comprueba que la autonomía indicada antes y después del recorrido sea coherente con el uso que le has dado. Activa la frenada regenerativa para ver si funciona correctamente y revisa que no haya tirones ni mensajes de error en el panel de instrumentos. También es buen momento para probar el sistema de climatización, ya que en un eléctrico consume directamente de la batería y puede afectar a la autonomía.

Precio y valor de reventa

Antes de comprar, compara el precio del coche con modelos similares en portales de ocasión. Un eléctrico que parece barato puede esconder una batería con mucha degradación o un equipamiento inferior al habitual.

Piensa también en el valor de reventa. Modelos con buena autonomía, carga rápida y marcas reconocidas suelen mantener mejor su precio en el mercado de segunda mano. En cambio, coches con estándares de carga poco comunes o con baterías pequeñas pueden depreciarse más rápido. Ten en cuenta que la bajada de precios de los eléctricos nuevos puede afectar al valor de los usados. Por eso, si planeas venderlo en pocos años, es mejor elegir un modelo con demanda estable y autonomía suficiente para seguir siendo atractivo.

¿Ya sabes qué hacer con tu coche eléctrico de segunda mano?

Comprar un coche eléctrico de segunda mano puede ser una gran oportunidad para entrar en la movilidad eléctrica sin pagar el precio de uno nuevo, pero requiere revisar más cosas que un simple vehículo de combustión. La batería, la garantía, el cargador, el historial de mantenimiento y el uso que le haya dado su anterior propietario son factores que marcarán su rendimiento y su valor con el tiempo.

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