¿Cómo es el mantenimiento de un coche eléctrico?
Monica Gomez - FEBRERO 7, 2024 - Coches eléctricos
El mantenimiento de un coche eléctrico es más sencillo que el de un coche a combustión, pero muchos conductores todavía tienen dudas sobre lo que implica cuidar un coche eléctrico. ¿Es más sencillo que un coche tradicional? ¿Más caro o más barato?
En este artículo te explicaremos todo lo que necesitas saber sobre el mantenimiento de un coche eléctrico: qué aspectos debes tener en cuenta, cuáles son sus principales ventajas frente a los vehículos de combustión y cómo mantenerlo en óptimas condiciones para que disfrutes de una conducción limpia, eficiente y sin sorpresas. ¡Descubre por qué el mantenimiento de estos vehículos es más fácil de lo que imaginas! 🚗⚡
¿Qué mantenimiento tiene un coche eléctrico?
El mantenimiento de un coche eléctrico es considerablemente más sencillo y económico que el de un coche de combustión interna. Los vehículos eléctricos tienen menos componentes mecánicos y carecen de piezas sujetas a desgaste como embragues o sistemas de escape, por lo que ni se rompen ni se reparan con tanta frecuencia. Al fin y al cabo, un coche eléctrico no requiere sustitución de correas o embragues, cambios de aceite o mantenimiento de sistemas de escape o catalizadores.
En cuanto a las revisiones periódicas, la frecuencia con la que debes revisar un coche eléctrico depende de cada marca y modelo. Generalmente, se recomienda realizar una revisión en profundidad cada año y comprobar elementos como la batería, neumáticos y frenos antes de desplazamientos largos. Algunos fabricantes establecen intervalos de revisión de cada dos años o 30.000 kilómetros, lo que ocurra primero.
Esto tampoco quiere decir que no haya que tener en cuenta posible averías. Entre las más comunes se encuentran problemas relacionados con la batería y los conectores de carga. Sin embargo, estos son problemas que se pueden evitar con revisiones periódicas.
¿Cuánto cuesta el mantenimiento de un coche eléctrico?
Según los expertos, mantener un vehículo eléctrico cuesta alrededor de 368 euros anuales, una cifra que representa un ahorro del 28% en comparación con los 513 euros que, de media, requiere un coche de gasolina o diésel.
Este ahorro se explica por la simplicidad mecánica de los coches eléctricos. Sin motores de combustión, embragues ni sistemas de escape, el número de piezas susceptibles de desgaste se reduce drásticamente. Además, la ausencia de cambios de aceite y correas de distribución aligera notablemente la factura del taller. Sin embargo, hay factores a tener en cuenta, como el desgaste de neumáticos, más acelerado por el peso del vehículo, y el posible coste de sustitución de la batería, que fuera de garantía podría alcanzar cifras entre 5.000 y 8.000 euros.
A largo plazo, el ahorro se amplía. Un artículo comparativo sugiere que, tras 12 años y 20.000 kilómetros anuales, un coche eléctrico podría ahorrar hasta 2.700 euros en mantenimiento frente a un vehículo de gasolina. Este análisis refuerza la percepción de que la movilidad eléctrica no solo es más sostenible, sino también más asequible para el bolsillo del consumidor.
¿Cómo es el mantenimiento de un coche eléctrico? Desglose por partes
Ahora que sabemos cuánto cuesta mantener un vehículo eléctrico y por qué es más barato, desglosemos cómo debemos mantener cada una de las piezas para que no se desgasten.
Mantenimiento del motor
Empecemos por una de las partes más delicadas de un coche: el motor. Un punto fundamental a favor del mantenimiento de los vehículos eléctricos radica en su motor, que es considerablemente más simple en comparación con el motor de un vehículo convencional de combustión interna.
Es un argumento totalmente válido, sobre todo si tomamos en cuenta que el motor convencional está compuesto por miles de piezas expuestas a fricción y elevadas temperaturas, lo que lo convierte en un componente altamente complejo y sofisticado.
Esto conlleva la necesidad de realizar un mantenimiento regular y la sustitución periódica de diversas piezas, ya que, a pesar de los cuidados adecuados, llegará el momento en que filtros, aceite, embrague, correa de distribución y varias otras componentes necesitarán ser renovadas.
En cambio, el motor eléctrico no requiere mantenimiento, ya que carece de piezas móviles sujetas a fricción o temperaturas elevadas. A pesar de que el concepto de vehículo eléctrico es relativamente reciente, la tecnología en sí ha sido probada y existió incluso antes que el motor de combustión. Sin embargo, por diversas razones, quedó en segundo plano durante décadas.
Lo mismo se aplica a la electrónica y al sistema de carga integrado en el vehículo eléctrico, ya que no necesitan ningún tipo de mantenimiento.
Mantenimiento de batería
El segundo componente esencial en el mantenimiento de un coche eléctrico son las baterías, responsables de darle la autonomía necesaria. Similar a la disminución de la capacidad de una batería de teléfono móvil con el tiempo, lo mismo ocurre con la batería de un automóvil eléctrico. La batería se degrada a medida que se utiliza, debido a los ciclos de carga y descarga, resultando en una disminución gradual de su capacidad de almacenamiento de electricidad.
Las baterías suelen tener una garantía a ocho años para el 80% de su capacidad. Aunque estén diseñadas para durar el mismo tiempo que el coche es posible que en algún momento tengan que ser remplazadas. Sin embargo, al no requerir mantenimiento durante su vida útil, le evita costos adicionales para el propietario.
Para prolongar la vida útil de las baterías, es recomendable evitar las cargas rápidas en la medida de lo posible, ya que operan a una potencia superior a la normal y pueden afectar negativamente a la batería. Adicionalmente, se recomienda no conducir habitualmente con niveles de batería muy bajos o altos, es decir, inferiores al 10-15% o superiores al 90%.
Mantenimiento de trasmisión
La transmisión se caracteriza principalmente por ser de bajo mantenimiento en la mayoría de los vehículos eléctricos. Al incorporar un diferencial y un único reductor de engranajes de una velocidad, estas transmisiones son considerablemente menos complejas en comparación con las cajas manuales o automáticas convencionales de varias velocidades.
Aunque el funcionamiento de la transmisión también depende del líquido de transmisión para mantenerse en óptimas condiciones, por lo general, no será necesario reemplazarlo a lo largo de la vida útil del automóvil. De hecho, muchos fabricantes aseguran que la unidad está sellada de manera permanente.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el aceite de transmisión podría necesitar un cambio, por lo que se recomienda consultar el manual de instrucciones del propietario para conocer los intervalos recomendados de cambio de aceite de transmisión.
Mantenimiento del sistema de refrigeración
De manera similar a los vehículos de combustión interna, los automóviles eléctricos cuentan con un sistema de refrigeración diseñado para mantener la batería a una temperatura adecuada, independientemente de la intensidad de operación del motor eléctrico del vehículo o de las condiciones climáticas exteriores.
En su mayoría, estos vehículos emplean un sistema de refrigeración líquida que utiliza un líquido refrigerante. Este líquido es suministrado directamente al sistema de gestión térmica de la batería, garantizando la regulación de la temperatura alrededor de la fuente de energía y del conjunto de baterías. Además, evita el sobrecalentamiento de componentes eléctricos críticos como el cargador y el convertidor.
Para mantener la eficiencia del sistema de gestión térmica, es esencial realizar el cambio oportuno del líquido refrigerante. La ventaja es que este cambio no se requiere con frecuencia, así que el mantenimiento de un coche eléctrico estándar no tiene por qué complicarse. Se recomienda consultar el manual del propietario para conocer el intervalo recomendado para este servicio en su vehículo eléctrico específico.
¿Cómo afecta el clima al mantenimiento de un coche eléctrico?
En climas cálidos, las altas temperaturas pueden acelerar el desgaste de la batería de iones de litio, reduciendo su capacidad a lo largo del tiempo. Para mitigar este efecto, muchos modelos de coches eléctricos incluyen sistemas de refrigeración líquida o ventilación activa que mantienen la batería a una temperatura óptima. Sin embargo, es fundamental evitar dejar el coche expuesto al sol durante largas horas y, siempre que sea posible, aparcar en lugares con sombra o en garajes.
Por otro lado, en climas fríos, las bajas temperaturas afectan la química interna de la batería, lo que puede provocar una reducción temporal de la autonomía. Además, el uso de sistemas como la calefacción puede incrementar el consumo de energía. Los fabricantes suelen equipar los coches eléctricos con sistemas de preacondicionamiento térmico, que permiten calentar el habitáculo y la batería mientras el coche está enchufado, optimizando el rendimiento.
El mantenimiento en condiciones climáticas extremas también incluye prestar atención a los conectores de carga, ya que el agua o la suciedad acumulada en climas húmedos pueden interferir en la transmisión de energía. En regiones donde se usa sal para descongelar carreteras, es importante limpiar el chasis y los bajos del coche con regularidad para evitar la corrosión.
¿Qué garantía cubre el mantenimiento de un coche eléctrico?
La garantía de un coche eléctrico generalmente cubre tanto el vehículo como sus componentes esenciales, incluida la batería, que es uno de los elementos más importantes y costosos. En la mayoría de los casos, los fabricantes ofrecen una garantía estándar de dos a tres años para el coche en general, cubriendo defectos de fabricación y problemas mecánicos. Sin embargo, la batería suele tener una garantía más prolongada, que oscila entre 8 y 10 años o hasta 160.000 kilómetros, dependiendo del fabricante. Esta garantía asegura que la capacidad de la batería no disminuya por debajo de un porcentaje específico, generalmente el 70% de su capacidad original.
Ahora bien, se debe leer los términos y condiciones de la garantía, ya que ciertas acciones, como el uso indebido del cargador o la exposición continua a temperaturas extremas, podrían invalidarla.
¿Cómo elegir un buen taller para coches eléctricos?
En primer lugar, asegúrate de que el taller esté certificado por el fabricante de tu coche eléctrico. Los talleres oficiales cuentan con personal capacitado y acceso a piezas originales, lo que garantiza una atención acorde a las necesidades específicas de tu vehículo. Además, suelen disponer de software actualizado para realizar diagnósticos precisos y realizar actualizaciones del sistema si es necesario.
Por otro lado, verifica que el taller cuente con personal especializado en vehículos eléctricos. Los coches eléctricos operan con sistemas de alto voltaje que requieren medidas de seguridad específicas, por lo que es fundamental que los mecánicos estén formados en este tipo de tecnología. No dudes en preguntar por las certificaciones o cursos de especialización que hayan completado.
También es importante que el taller disponga de las herramientas adecuadas, como equipos para manejar baterías de alto voltaje y sistemas de carga. Un buen indicador es que ofrezcan servicios específicos como la inspección y mantenimiento de baterías, revisión de frenos regenerativos o comprobación de conectores y cables.
Por último, revisa las opiniones y valoraciones de otros clientes. La experiencia de otros propietarios de coches eléctricos puede ayudarte a identificar talleres de confianza con buena reputación. Además, busca lugares que ofrezcan transparencia en los presupuestos y tiempos de reparación.
Entonces, ¿existe un ahorro real con el coche eléctrico?
Se estima que el mantenimiento de un automóvil eléctrico puede resultar hasta un 30% más económico en comparación con un vehículo de motor diésel o gasolina equivalente.
Como hemos visto a lo largo de este artículo, la razón principal es bastante simple: los vehículos eléctricos carecen de un motor térmico y, por ende, no cuentan con cientos de piezas y componentes móviles que se desgastan con el uso y el tiempo.